Esto es la historia de un pequeño arbolito o un arbolito con historia, como
se quiera decir.
Un día en una Expo cualquiera, pongamos la de Alcobendas 2012, Los grandes
maestros Españoles
se afanaban en colocar y preparar su arsenal de árboles, mesas,
plantas
de acompañamiento....Esa
misma
noche antes de cerrar, ya con todo preparado, EL JEFE de la exposición, trajo
un pequeño
árbol, nada del otro mundo, pero lo trataba con mimo y con un cariño
especial.
Esa noche, con la esfera apagada, todos los grandes árboles miraban con
recelo y un poco de envidia
a aquel arbolito, se decían unos a otros el porque
traían un arbolito de ese porte tan fuera de lugar a
toda una gran expo y sobre
todo, el jefe y con ese mimo.
Bueno pues allí paso sin pena ni gloria aquel arbolito todo el fin de
semana, nadie reparó en el, nadie
se paró ni si quiera a sacarle una foto.
Cuando se cerró el domingo, los demás árboles le preguntaron riendo que si le
había gustado le Expo
y el sin levantar la voz les contó quien era:
- Un día Gabriel Garcia Márquez estando en Japón, se acordó de la gran afición
que tenia su gran
amigo Felipe Gonzalez y decidió llevarle un obsequio,¡ un
bonsái !, pero ¡ OH ! sorpresa, todo estaba
cerrado, ya lo había dado por
perdido cuando entró en un supermercado, en una estantería tenían
unos pequeños
arbolitos , nada del otro mundo,( los que podemos encontrar en cualquier centro
comercial) y sin pensarlo dos veces compró uno.
A Felipe Gonzalez le hizo tanta ilusión, que hasta el día de
hoy, es uno de sus favoritos, no por su
gran porte, ni por su espectacularidad, si no porque le recuerda la amistad con su gran amigo Gabriel
Garcia Márquez.
"La gente dice que hacer bonsái es expresar un paisaje en una pequeña maceta, pero, para poder hacer eso, hay que ser primero capaz de emocionarse con la fuerza de la naturaleza."
Hiroshi Takeyama